Era un día muy esperado por nosotros. Volvíamos a sacar las camisetas de nuestros armarios y volvíamos a juntarnos para esos viajes en coche con destino fijado en algún remoto pueblo. Teníamos ya muchas ganas de volver a pisar la arena de un ruedo y al final lo hicimos.
La tarde no era mala, unas pocas nubes que de vez en cuando nos tapaban el sol, pero una temperatura propicia para una buena capea. Lástima que el ganado no ayudó mucho a ello, ya que quitando un par de embestidas de salida el juego que dieron fue más bien escaso.
Una pena también la falta de información acerca de la privacidad del evento, ya que no fuimos conscientes de que había que pagar entrada para entrar a la capea hasta que estuvimos en la misma puerta de acceso.
Sin más, aquí os dejamos las imágenes que logramos capturar. A destacar las valientes que se atrevieron con la benjamina: